Graciela Ajmone - Edicion conjunta con las Madres Dominicas
El Santo Ceferino Namuncurá (Chimpay, 26 de agosto de 1886 – Roma, 11 de mayo de 1905) fue un joven salesiano argentino, hijo de un cacique Mapuche. Estudió en un colegio de los Padres Salesianos y allí descubrió su vocación: quería ser sacerdote para llevar a la gente de su raza el mensaje del Evangelio. Desde muy joven su salud no era muy buena, pero comenzó sus estudios sacerdotales en Viedma. Allí lo descubrió Monseñor Cagliero y decidió llevarlo a estudiar a Roma, creyendo que el cambio de clima lo beneficiaría.
Una vez en Roma es recibido por el Papa Pío X y muy emocionado pronuncia un breve discurso y obsequia al Padre Santo un hermoso quillango de su tierra. El Papa contesta también con visible emoción: “Bueno, hijo mío, te doy gracias por lo bien que hablas del Vicario de Cristo.
Quiera el Señor puedas poner en práctica todo lo que has dicho: convertir a tus hermanos de la Patagonia... Yo te doy, de todo corazón, mi Bendición Apostólica, extensiva a tu padre, a su familia y a toda su gente...“Todos los presentes se preguntan: “¿Qué llegará a ser este joven?” Concluida la audiencia, San Pío X llama a Ceferino, lo lleva a su escritorio privado, lo sienta a su lado y le obsequia una medalla reservada a los príncipes.
Su salud continuaba desmejorando y finalmente, al año de encontrarse en Roma, fallece. Era el 11 de mayo de 1905 y todavía no había cumplido los 19 años. Se dice que el Papa, entristecido, dijo: “Era una bella esperanza para las misiones de la Patagonia, pero ahora será su más válido protector”.
Queridos San Pío X y Beato Ceferino Namuncurá intercedan por nosotros ante Dios Nuestro Señor. Así sea.
Tamaño: 148 x 210 - Cantidad de páginas: 136